Este fue un viaje que tenía muchos objetivos, y si la compañía no hubiera sido la que fue, seguro que con lo enferma que estaba, no me hubiera levantado de la cama. Pero ir de viaje con una hermana de ojos tristes que al saber el destino sonrió por primera vez después de un tiempo, y celebrar el cumpleaños de otra hermana que la vida me ha regalado, hacen que no haya gripa, o "itis" suficiente para quedarte en casa, simplemente hay que empacar la maleta, ir bien equipado para el frío intenso del mes de noviembre y dispuesto a dejarse impregnar por la carga histórica de una ciudad hermos
a y gris.
El vuelo no fue demasiado bueno por aquello de la altura y la congestión de la gripa, que hace que el avión no sea el sitio mas deseable, pero asomarte por la ventana y encontrarte depronto volando por encima de los alpes nevados, esas montañas que parecían presentes solamente en los mapas de geografía, hace que todo se te olvide por un momento. Sinceramente me impresiono cada vez mas con las maravillas de la naturaleza, muy por encima de las construidas por el hombre.
El vuelo no fue demasiado bueno por aquello de la altura y la congestión de la gripa, que hace que el avión no sea el sitio mas deseable, pero asomarte por la ventana y encontrarte depronto volando por encima de los alpes nevados, esas montañas que parecían presentes solamente en los mapas de geografía, hace que todo se te olvide por un momento. Sinceramente me impresiono cada vez mas con las maravillas de la naturaleza, muy por encima de las construidas por el hombre.
Luego llegamos a Berlín, ya el frío en el aeropuerto nos indicaba que no nos habiamos equivocado al comprar ropa térmica. Una pasada rápida por el hotel, un mapa básico, y a descubrir lo que la ciudad nos pudiera ofrecer. Aunque el muro hace 20 años exactos que cayó, siempre fue bastante fácil saber a que lado estábamos ya que los vestigios de lo que ha sido la historia no dejan lugar a dudas. Aún así siempre había aquella inquietud por saber de que lado estábamos, ya que es claro que nunca se vivió igual a un lado o al otro.
A diferencia de otros viajes, en este me dejé llevar, no busqué demasiada información y simplemente dejé que la ciudad se me presentara con total tranquilidad, también con el tiempo he descubierto que muchas veces irte sin rumbo por una ciudad, te muestr
El primer día fue muy lluvioso y frío, pero aún así nos permitimos pasear por el centro de la ciudad por la parte mas moderna, por la Alexanderplatz, y para terminar el día por los alrededores de la puerta de Brandenburgo, monumento de la unificación y que tantos sucesos históricos ha presenciado a lo largo de los años. He de confesar que me impactó mucho mas de lo que me imaginaba, aún cuando la había visto muchas veces en fotos y programas de TV, realmente la carga histórica hace que los sitios se vean muy diferentes en vivo y en directo.
Cruzar la puerta y caminar sin rumbo nos hizo encontrarnos con el bundestag, con el río Spree donde tantas personas vieron morir sus ilusiones de pasar al otro lado de la ciudad. La lluvia, el frío y las cruces que te vas encontrando por el camino hicieron que en ningún mo
Los días siguientes paseando por Mitte, encotrándonos sitios maravillosos de color dentro de la antigua parte oriental, bordeando lo que queda del muro con sus grafittis que no son mas que la expresión libre de los pensamientos que una pared tan poco "común" puede generarnos, paseando por las calles y monumentos que recuerdan a cada paso la vida que se ha vivido allí y la que se vive ahora, fueron una comunión fantástica entre las tres.
El memorial al holocausto consigue perfectamente el objetivo que el artista se propuso cuando lo construyó: que la gente que se mete entre sus columnas, se encuentre perdida y sin
Y no puedo dejar de mencionar Check point Charlie, uno de los antoguos puntos fronterizos de la ciudad que ahora vive abarrotado de turistas y donde los guardias son todo, menos una imagen de lo que pudo haber sido, ya que sonríen y posan (previo pago) para las fotos. Como tampoco puedo dejar de mencionar la iglesia en recuerdo del emperador Guillermo, que se conserva en estado de ruina como memorial y recuerdo de la guerra, aunque con una parte moderna construida para la celebración de ceremonias religiosas, donde entras y te acercas al cielo con sus vitrales azules y rojos.
Les tachelles, galería al aire libre que deja que la parte artística de Berín se muestre en su esplendor, la búsqueda del Bar 25, que nos costó tiempo y kilómetros, para al final encontrarlo cerrado, las idas y vueltas en metro viendo a la gente, orandgestadt, las cervecitas, las caminatas eternas, las llegadas al hotel comparando quien tenía mas prendas de ropa encima, las toneladas de pastillas para poder estar en disposición de salir a la calle, el muro presente y ausente, los sentimientos a flor de piel al ver lo que una guerra puede causar, los primeros puestos navideños, las hojas secas por las calles, eso ha sido para mí una visita de otoño en Berlín
Despues de ese viaje pudimos darnos cuenta que la guerra, ya sea en una selva colombiana o en una ciudad europea es la misma, devastadora, desesperanzadora... A pesar de estar recontruida, Berlin aun tiene un sentimiento postguerra que imagino que en verano se olvida un poco, pero igual, la historia la condena y la persigue aunque ellos hagan su mejor esfuerzo. Hermosa ciudad, triste oscura y fria, pero hermosa en verdad... gracias hermanita, para siempre gracias!!!
ResponderEliminar