miércoles, 16 de enero de 2013

Un deseo hecho realidad



Durante unos 5 años, estuve deseando en voz baja, y pidiendo en voz alta algo que creía me haría mas feliz. Por las noches rezaba y se lo pedía a Dios, y en el día se lo pedía a mis papás. Pensé que era lo mejor que me podía pasar porque así tendría la posibilidad de compartir mis cosas, porque podría jugar día y noche y porque acompañaría mis momentos de soledad.



Ese gran deseo que tenía era una hermanita, la tenía bastante clara en mi mente, me la imaginé, la dibujé en mis sueños, y así la pedí.
Finalmente todo parecía cumplirse, venía un bebé en camino, y era una niña!, que más podía desear?.
Y así, un 16 de enero llegó. Pero siendo sinceros, no era como yo la había soñado. Era pequeña y no podía jugar conmigo, no sabía hacer nada, sus manitos no podían agarrar las manos de mis muñecas, no sabía caminar, no me reconocía, lloraba, dormía mucho, se chupaba los dedos, no podíamos hablar, porque ella no sabía...no nació de mi edad para poder ser amigas desde el principio.

Pero poco a poco sus cosas de bebé empezaron a llenar mis días. empezó a hacer gestos, a gatear, a hablar, se aprendió mi nombre, y tuve algo que muchas niñas querían tener: una muñeca de verdad, una que se dejaba poner la ropa que a mi me parecía linda, se dejaba hacer lacitos, repetía lo que yo le decía, se reía con mucha facilidad, y sus carcajadas empezaron a llenar mi alma de amor y mi vida de una felicidad infinita.

Con el paso del tiempo, también hacía cosas que ya no me gustaban, peleaba conmigo, jugaba con mis cosas sin permiso, y aveces rompía mis juguetes. Durante una época decidió que quería imitarme, se peinaba como yo, se vestía como yo, caminaba como yo, decía lo mismo que yo.

Pero en poco tiempo, ya su personalidad afloró, empezó a ser mas independiente, a buscar una moda propia, a saltarse las reglas para irme a buscar al salón de clase mientras debería estar sentada en su escritorio, a ir a clase de danza y no querer hacer la coreografía porque prefería hacer otras cosas, a salir despeinada a coger el bus del colegio, porque no se podía parar de la mesa hasta no terminar de comer, y muchas otras cosas que se quedan en nuestro recuerdo.

Después cada una empezó a forjar su camino, ella con mucha mas claridad que yo, siempre ha tenido muy claro lo que quiere.

Durante un tiempo, la distancia hizo que no compartieramos nuestra vida diaria, luego volvimos a hacerlo, y unos años mas tarde, tuvimos que volver a separarnos, y esta vez un poco mas, pero la distancia solamente hace que la extrañe más, que la valore más y que la quiera más.

Porque ella, además de venir al mundo a hacerme realidad un deseo, vino a hacer algo más importante: vino a mi vida para acompañarme, para jugar conmigo, para enseñarme a compartir, para darme la posibilidad de ser una persona responsable de cuidar un tesoro, para que yo supiera lo que significa preocuparse por alguien, para corregirme en tantas cosas...pero lo mejor de todo, ella vino al mundo a darme un motivo día tras día para ser una mejor persona, y eso, como tantas otras cosas, no estaba en el mejor de mis sueños, ni en el mas pulido de los dibujos que hice de ella cuando la pedía.

Gracias hermanita por llegar a mi vida, por darme tanto amor, por hacerme sentir importante, por oirme, por confiar en mi, por aguantarme, por enseñarme.

Te amo con todo mi corazón.

martes, 4 de septiembre de 2012

Y 10 años después

Hace 10 años en Colombia Pedro el Escamoso era líder de los reportes de audiencia y las Pop Stars estaban concursando para formar un grupo musical. En España coincidencialmente, las pop stars estaban también en concurso, los programas de chismes invadían las parrillas de TV, y lo mas comentado era el matrimonio de la hija de Aznar.

A nivel personal hace 10 años, yo monté en un avión mis esperanzas, mis sueños, mis ganas, mis ilusiones y el amor de mi familia y amigos.

Hace 10 años, también me paré en el aeropuerto de Barajas con la intención de aprender, vivir, conocer, viajar, integrarme, hacer amigos y también de regresar.
 
Hoy, 10 años después, la distancia ha reforzado a niveles inimaginables las relaciones importantes que tenía antes de venir, ha propiciado algunos re-encuentros y la cercanía ha hecho que empiecen a ser importantes las nuevas relaciones que he construido.
 
10 años después, tengo encima algunos kilómetros mas, miles de fotos y recuerdos imborrables de culturas, vivencias, sitios, comidas y climas diferentes, que ahora forman parte de mi vida, y que he intentando compartir con quienes quiero.
 
10 años después, tener "temporada de alta ocupación" en mi casa, es una de las cosas que mas me hace feliz. Compartir con mis amigos y familia un trozo de esta nueva vida, es reconfortante, aunque luego las despedidas sean horribles.
 
10 años después, hay muchos nuevos miembros en mis familias, la elegida y la de sangre. He sido testigo de bodas, nacimientos, bautizos, cumpleaños y divorcios, y cada una de esas nuevas relaciones que se establecían, llegaba trayendo alguien nuevo a mi vida.
 
10 años después, se ha ido gente que amo con toda mi alma aún cuando no estén ya aqui, cada uno de ellos es un ángel mas en mi vida, y sabe que estará presente siempre.
 
10 años despues, entiendo las diferencias culturales que tenemos, y adoro esas diferencias, cada día me enriquecen mas.

10 años después, no voy a negar que he tenido momentos malos en lo que he pensado que hago aqui, en los que he querido dejar todo tirado y regresar, pero al momento vienen los momentos buenos, las cosas positivas que he vivido en este tiempo, y aunque acepto que no es fácil vivir lejos, se que aún tengo cosas por hacer, el círculo no se ha cerrado.

10 años después, la vida se encarga de recordarme que despedirse no es fácil, que en los aeropuertos hay una gran diferencia entre una puerta y la otra, que siempre es mejor estar en las llegadas que en las salidas, a menos que seas tu el que se va, y que la sensación de vacío es mas dura para el que se queda.
 
En resumen, 10 años después puedo decir que lo he hecho: he aprendido, he viajado, he vivido, me he integrado, he hecho amigos, y también, de una forma u otra he regresado, regreso cada año y me lleno el corazón.
 
Pero también, 10 años después se, que si las cosas fueran al revés, y me fuera hoy de aqui, sentiría lo mismo que sentí hace 10 años, lloraría igual por la gente que quiero y que se queda, volvería a España para seguir encontrando todas las cosas lindas que la gente que ahora también forma parte de mi vida aqui me ha querido brindar.

domingo, 19 de febrero de 2012

Mompox, tierra de Dios

"Donde se acuesta 1 y se levantan 2, y si sopla un viento se levanta un ciento, y vuelve a soplar...no se pueden contar".
Mompox está a orillas del río Magdalena, tiene casi 42 mil habitantes, 7 iglesias, muchas motos, ningún carro y ningún semáforo, esta es la definición básica de una ciudad que es Patrimonio de la humanidad desde el año 1995, y que desde hace un tiempo me llamaba a visitarla. Afortunadamente tengo un par de amigas, de esas que estan para todo lo que sea, incluso para ir al pueblo, ciudad o río que a la "princesa" se le meta en la cabeza, así que Ana y Shanna, esto va por ustedes!!!.

El viaje empezo con una madrugada infame, a las 6:20am estábamos en la carretera esperando el bus para ir a B/quilla, luego otro bus para ir al Bongo, un taxi para ir a Magangué, y ahí estando a orillas del majestuoso río Magdalena, una lancha rápida para ir a Mompox. Realmente no es fácil, pero probablemente esa dificultad para llegar, sea lo mejor que le puede pasar a la ciudad, ya que así no hay hordas de turistas que corrompen y dañan las ciudades, por esto en Mompox parece que el tiempo se hubiera detenido y además se conserva como un pueblo tranquilo, seguro, donde no pasa nada, donde todos van a comer a los mismos sitios y todos saben donde puedes ir a buscar lo que necesitas, no me extraña que Bolivar hubiera ido tantas veces.
Durante el tiempo de espera en Magangué para que saliera la lancha, lo primero que pensé, es en la belleza de lo que estaba viendo, el embarcadero era una explosión de colores, de pequeñas banderitas de Colombia en las lanchas que cada uno de sus dueños engalana de la forma que cree mas bella a sus ojos.

Y el río, ese Magdalena que atraviesa casi todo el país, que ha servido de transporte para personas, y cargas de todo tipo, que ha llevado y traido sueños, esperanzas, cartas de amor, tristeza, alimentos y tantas cosas mas, ahí estaba frente a mis ojos, tranquilo, como un espejo amarillo gigante, invitandome a navegar por él, y a tratar de descubrir sus mensajes.

En la lancha de Magangué a Mompox, que son mas o menos unos 45 minutos, vimos como el agua sin clemencia se apodera de terrenos que aveces no le corresponden, y otras veces reclama lo que en otro tiempo le han quitado, ahí pasábamos por tierras inundadas, pero también por grandes extensiones de naturaleza en estado puro, había momentos en que no se veían las orillas del río, lo que nos daba una idea de su magnitud.

Y finalmente, después de parar en 2 pueblos y en el peaje, si el peaje, que pasan los lancheros aprovechando la crecida del río para acortar el recorrido, y le dan dinero a los que están controlando el nivel del agua y marcándoles por donde pasar, llegamos a Mompox.

He de confesar que la llegada no fue como me imaginaba, ya que han cambiado el lugar del embarcadero, así que no llegamos por la antigua plaza de mercado, y las escaleras, que yo había visto en las versiones cinematográficas de los libros de Gabo, pero igual, yo estaba feliz, Ana habia descansado por haberse bajado de la lancha, y Shanna con su eterna sonrisa!!!.

Moto-taxi para el centro de la ciudad, y a buscar donde comer algo, porque llevábamos muchas horas de camino y solo teníamos un pequeño desayuno en el estómago, asi que, una carne con patacones y un vaso de jugo después, ya teníamos ánimo e información de 2 hoteles que eran buenos y donde podíamos buscar camitas para dormir en la noche. Finalmente el elegido fue el hotel casa España (para que no se me olvide) un hotel colonial precioso, ubicado en la calle principal y donde nos atendieron muy bien.

Y ahora si, a caminar Mompox, cosa que no fue muy fácil porque el invierno había hecho que el río se metiera al pueblo varias veces, y había algunas calles aún inundadas, así que mas que caminar, hicimos una prueba de salto de obstáculos, pero eso es parte del paseo!!!, recorrimos las iglesias, las calles coloniales, hablamos con gente, nos reimos, y ubicamos los sitios clave para nuestra estancia: una farmacia donde había repelente de mosquitos (la única de todo el pueblo) y el sitio estrella para ir a comer por la noche.

En la noche después de cenar en el parque acompañadas de todos los momposinos, decidimos buscar un moto-taxista que nos llevara a un sitio bonito a tomarnos una cerveza, y ahí apareció Toño, él nos llevó a un bar al cual nunca entramos, ya que no hacía falta, las mesas estaban en la plaza, exactamente al frente de la iglesia de Sta Bárbara, y al lado del río, no podía haber sitio mejor en Mompox.

Al día siguiente Toño nos esperó muy prontito para hacernos un tour por la ciudad pero ya en su moto, aunque fuimos a las mismas iglesias que habíamos ido el día anterior, esta vez, él nos contó la historia de Sta Barbara, y además fue a buscar a la señora Josefina, que vino sin perder tiempo a abrirnos la iglesia para que la conocieramos, nos contó historias, y además nos abrió la torre del campanario para que subiéramos a conocerla también. Cuando nos despedimos de ella, no lo pude evitar y llore de la felicidad, mis amigas se habían hecho un recorrido infame para estar ahí conmigo, y 2 personas a las que apenas conocía, estaban haciendo que Mompox fuera aún mas lindo y especial de lo que yo había soñado. después de estas emociones continuamos el recorrido parando por el museo de arte religioso, la alcaldía, las otras 6 iglesias, el cementerio y los portales de las marquesas, entre otros.

Visitamos también un taller de filigrana momposina, donde elaboran a mano completas joyas en oro o en plata que son preciosas, delicadas y nada caras para ser hechas de forma artesanal.

Para despedirnos de Mompox, había que conseguir alguna de las iglesias de hechas en cerámica, cosa que fue muy, pero muy complicada, hasta que por fin, después de recorrer casi todo el pueblo las encontramos (al lado del hotel), y había que probar el famoso queso de capa (o queso momposino), que se elabora enrollando capas y mas capas finas de queso, y es una completa delicia, pero, aunque el día que llegamos, había vendedores de queso de capa por todas partes, en ese momento no había ninguno, así que en la plaza de Bolivar hicimos la inteligencia del caso, y nos dijeron que teníamos que ir donde Jair, ya que él tenía la fábrica en su casa. Así fué, ya de salida, paramos donde Jair y ahí, delante de nuestros ojos, nos prepararon el queso de capa que nos llevamos de regreso a Santa Marta.

En el embarcadero nos despedimos de Toño, yo lo dejé con tristeza, pero a la vez con la alegría que me da siempre que voy a colombia el ver tanta gente buena con la que me cruzo todos los días.
El regreso fue casi igual que la ida (una odisea),esta vez incluyendo una pelea con conductores de bus que nos querían timar, a Shanna que durante 2 horas estaba llegando a san Jacinto, y cuando lo pasamos llovía tanto, que no se dió cuenta. Con un señor que nos dió un concierto de ronquidos importante, y con el show del traslado en lancha de un preso, acompañado de curiosos que lo acompañaban. Y para rematar en las nubes que se veían desde la lancha, una sorpresa, a ver si ven el barco formado en el cielo.

Finalmente llegué a casa de noche, cansada, pero feliz, y pensando mucho en Toño quien siempre estuvo preguntándonos por los sitios donde vivíamos, el quería saber como era la vida mas allá del Río Magdalena y quería saber como era el mar. Pero aunque no te lo dije Toño, la vida mas allá del Magdalena no tiene punto de comparación con la tranquillidad y la paz que tienes en tu Mompox.

domingo, 12 de febrero de 2012

Mathausen y la crueldad humana

En principio no se muy bien que me llevó a este sitio, pero fui, tal vez por curiosidad, o tal vez la posibillidad de darme cuenta de verdad como era un sitio dedicado a enaltecer la crueldad humana.

Pues aqui me tienen, después de haber ido a un campo de concentración, uno de los mas grandes del III Reich, está en Austria, como a 25 km de Linz.

En el camino ya me faltaba el aire, pero cuando ví las paredes altas, macizas y grises, el aire ya casi no me entraba en los pulmones, y si quería que fuera aún mas duro, la mañana estaba super gris, y lluviosa. Fuimos las primeras personas en entrar, y estuvimos todo el recirrido solas, cuando llegamos, nos atendió una mujer en recepción, que se limitó a darnos un folleto en el que estaba una información bastante escueta, y con muy pocas palabras y un tono bastante duro, nos indicó la entrada, me imagino que trabajar allí, no debe ser nada agradable.

Estar solas en el recorrido, creo que lo hizo mas duro. El silencio hace que puedas pensar, y la cabeza iba a 2.000kph, en cada sitio que entraba, sentía nuevamente que me faltaba el aire, de hecho en varios momentos tuve que salir aunque me estuviera mojando, para poder recuperar algo de aire, y para acallar todos los sonidos de mi mente.

Los sitios solos, en silencio, me gritaron toda la historia que encerraban, una historia que todos sabemos no es nada agradable, y sin ver nada mas que espacios vacíos, he sentido miedo, pesar, rabia y mucha, muchísima tristeza.

A diferencia de otros campos de concentración, este no era solo para judíos, aquí estaban los intelectuales, todas esas personas que simplemente estaban en contra del régimen, allí hubo muchos hombres ilustres, que dejaron su vida en una cantera (en el mejor de los casos) porque aunque este no era un campo de extermino, si que tenía una zona de ejecuciones, la parte mas dura de la visita.

Al final, después de pasar un rato bastante difícil, no puedo mas que seguir espantándome de la barbarie humana, y no puedo mas que entristecerme al darme cuenta de que las cosas ahora, no están mucho mejor que antes, no hay campos de concentración como el que yo visité, pero hay gente que en nombre de ideologías diversas sigue masacrando, sigue privando de la libertad a quien no piensa como ellos, y sigue teniendo campos de exterminio, la diferencia es que estos no tienen muros altos, macizos y grises como Mathausen.

lunes, 24 de octubre de 2011

Buda-pest



Si viajáramos cada vez que hablamos de una ciudad, y lo planificamos "medianamente en serio", A Budapest yo habría ido ya como 3 o 4 veces antes de este viaje que si fue real, y a diferencia de las otras veces, esta no estaba muy planificada, de hecho en el inicio de los planes no entraba, pero gracias a la insistencia de mi madre, pues quedó incluida en el itinerario.
La estación de tren, vista de noche, no se percibe como un lugar realmente seguro, además llegamos y teníamos que cambiar dinero, cosa que no me daba muy buena espina en esa estación, pero no había alternativa.
Luego a la calle a coger un taxi, primero a negociar con el taxista, ya que en el hotel me habían advertido que siempre intentaban cobrarte mas de la cuenta, así que la pelea fue dura, nadie nos quería llevar, hasta que salió de la nada un hombre que nos dijo que si, y sin inconveniente, nos montamos en un carro sin señales de taxi, sin taximetro, y casi sin carrocería, porque estaba vuelto nada!!, mi mamá luego me confesó que estaba asustada, yo no estaba tranquila, pero tampoco me sentía demasiado nerviosa, iba mirando los letreros y me parecía que íbamos en la dirección correcta, y fue así, nos llevó a nuestro hotel perfectamente.
El hotel estaba muy bien ubicado, en el lado Buda, y al lado del funicular que sube al castillo, que es precioso, y por el que hay mucho que ver y caminar no solo por fuera, sino también dentro de su laberinto, así que al día siguiente zapatos cómodos y a disfrutar.
Durante toda nuestra estadía nos hizo un clima delicioso, mientras que en España estaba haciendo el verano mas atípico de todos, aquí tuvimos un calor y un sol perfectos!. La ciudad es perfecta para caminar, para perderse, para ser admirada desde la montaña, desde el otro lado del río, que además, hace que orientarse siempre sea fácil, también hay que resaltar que la red de transportes funciona perfectamente.
la parte de Buda es la mas histórica, y tiene miradores preciosos, donde puedes quedarte horas y horas contemplando el parlamento, las catedrales...la ciudad!. Luego hay que cruzar el Danubio por el puente de las cadenas que es el mas famoso y el mas antiguo. Antes de su construcción, se atravesaba el río en barco, o en invierno caminando sobre el agua congelada.
También hay que ir al bastión de pescadores, con sus 7 torres que conmemoran las tribus fundadoras, así como la Iglesia de Matías que está al lado del bastión y que es impresionante no solo por fuera, sino también por dentro.

Lo mas lindo que tiene Pest (a mi criterio) es la vista de Buda, pero también tiene muchos sitios por recorrer, hay que ir a la sinagoga Judía, que es la segunda mas grande después de la de Jerusalem, el mercado central al que se llega dando un paseo por Vaci Utca que es una calle peatonal preciosa, llena de tiendas de recuerdos, y de restaurantes, allí comimos un día en un restaurante donde nos trataron muy bien y no estaba nada mal de precio.
Budapest es una ciudad que también hay que verla de noche, la iluminación de los monumentos es preciosa, así como los reflejos de las mismas en el río, así que fácilmente te lleva a las historias de cuentos de hadas que tantas veces hemos oido a lo largo de la vida.
Hay que hacer un paseo obligado a la plaza de los héroes, y continuar al parque de la ciudad, que está al lado del monumento, donde se encuentra un castillo precioso, jardines, estatuas  y el museo de bellas artes.
El domingo hicimos un paseo muy típico, que fue ir a la Isla Margarita, un parque tranquilo en la mitad del río Danubio entre Buda y Pest, donde pudimos dar un paseo relajado, hacer un picnic, y cerrar nuestro viaje con un paseo en barco por el río Danubio, para terminar con broche de oro el viaje a una ciudad majestuosa, encantadora y que tiene bien ganado el título de una de las ciudades mas hermosas de Europa.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Cuando se va detras de los sueños

Hoy hace 9 años hice 2 maletas, y me embarque en esta aventura de buscar algo que siempre había soñado, una aventura que no sabía que me iba a deparar, pero de la que he sacado mucho mas de lo que esperaba.
Cuando me dí cuenta esta mañana de la fecha que era, y me puse a recordar, me dió tristeza ver que no me acordaba de algunas cosas que pasaron ese 4 de septiembre, hablaba con mi amigo Jairo y él se acuerda hasta de lo que comió el día que viajaba, yo no lo recuerdo, como tampoco recuerdo como me sentía, si triste, ansiosa, feliz...no lo se, pero en cambio si hay otras cosas que recuerdo.
De los dias anteriores recuerdo las mil despedidas, el muro de mi casa pintado con mensajes de mis amigos, el cual no me pude traer, pero del que guardo fotos, recuerdo pasear por toda la casa a mi hermana metida en la maleta que ella misma me compró para poder empacar mis cosas junto con mis sueños, recuerdo los besos y abrazos de la gente que quiero.
Y de ese día recuerdo despertarme y entrar a la habitación de mi hermana y para mi sorpresa encontrarla llorando y escribiendo una carta para mi, también me acuerdo del viaje de camino al aeropuerto y lo difícil que fue empezar la despedida de quienes estaban allí, gracias a mis amigos del alma por estar allí y llevarme a la puerta de mis sueños, siempre los compartieron y siempre me ayudaron a cumplirlos.
También recuerdo que un amigo me dijo "cuando te despidas no mires atrás y así siempre volverás", y cuando me despedí, él vino a mi mente, así que no miré atrás, y no se si por eso, o no, pero he vuelto, pero no puedo dejar de darle las gracias.
Aunque mis amigos ese día me dieron cada uno una carta de despedida (que todavía guardo y leo de vez en cuando, cuando necesito llenarme de fuerzas) y me dijeron que no las leyera hasta que estuviera en el avión, lo confieso, no les hice caso y las leí antes de tiempo, y entiendo el porque me dijeron que no lo hiciera, estuve a punto de regresarme, aunque la sensatez ganó a la tristeza y me subí al avión. Confieso que lloré mucho, pero también que cuando el avión aterrizó decidí no llorar más y dedicarme a disfrutar de esta nueva experiencia, que no sabía cuanto duraría, y que por ahora lleva 9 años, y me ha brindado muchas mas alegrías que tristezas.
Estos 9 años me han regalado gente maravillosa que quiero con toda mi alma,amigos que me han estado conmigo, me han apoyado, me han ayudado a ser feliz en la distancia de mis otros seres queridos, esos que antes de salir de Colombia estaban ahí, y en estos 9 años han seguido estando, y se que permanecerán para siempre.
No me queda mas que agradecer a Dios y a la vida por darme estos 9 años de sueños cumplidos, de nuevas experiencias, de gente maravillosa, de felicidad con las bienvenidas, y de tristezas con las despedidas, de la felicidad de hacer nuevos amigos, de la dicha de viajar, de la emoción de la familia, y de la dicha de sentir que los sueños SI se pueden cumplir, solo tienes que hacer lo posible para que se hagan realidad.

jueves, 11 de agosto de 2011

Paris, ciudad de descubrimientos y encuentros

Mi segunda vez en Paris, y como la primera, fue el primer viaje con alguien que se que conozco desde siempre, pero que descubro desde hace poco, eso le daba un toque de misterio que hacía el viaje aún mas interesante, ya que, aunque ya hayas ido a un sitio, si vuelves con alguien diferente, y más si es alguien con quien estas descubriendo tu afinidad, ese lugar es totalmente diferente, y ofrece experiencias y visiones totalmente nuevas.
Paris es una de las pocas ciudades que he visitado durante ínvierno y primavera, por lo que tengo una mejor idea hecha de la ciudad y de las posibilidades que tiene. Lo que es común a las dos estaciones es el viento incesante, el "glamour" parisino, la gente "bonita" que se ve por las calles y las hordas de turistas que abarrotan los sitios mas emblemáticos de la ciudad.

Y que ha sido diferente?, aunque el recorrido fue mas o menos típico, creo que ví la ciudad de otra manera. Caminamos por la mañana por la Ile de la Citè, disfrutando sus callecitas, y haciendo la parada obligatoria en la heladería Berthillon, donde el helado de ron con pasas sabe de verdad a ron, y hasta te emborracha!!, luego una pasada por Notre Dame, donde descubrimos que en la partre trasera de la iglesia, que es tan bonita como la del frente, pero no tan concurrida, hay unos rosales espectaculares con rosas de todos los colores; después el rodeo de la iglesia maravillandonos con las gárgolas, que nos llevaban directamente al cuento del Jorobado de Notre Dame, y luego en las afueras de la iglesia, encontramos una feria de pan "francés" donde pudimos comer pan fresquito, hacernos fotos con las panaderas, que aprovechaban la oportunidad y le tocaban en trasero a los chicos guapos, y para terminar el día, un almuerzo haciendo un picnic en los jardines de Luxemburgo, mientras mirábamos a los niños que empujaban barcos con palitos, en el estanque octogonal, tal como se viene haciendo desde la época de Napoleón.

Por la tarde caminata para bajar la comida, para llegar a la torre Eiffel, donde a diferencia de todos los turistas, nuestra intención no era llegar a lo mas alto, ni descubrir la impresionante vista que se tiene de la ciudad, eso yo ya lo había hecho en otro viaje.
Esta vez queríamos disfrutar lo que sucedía alrededor, y, mientras esperábamos a una parisina por adopción, nos sentamos en el campo de marte que es esa zona verde que se extiende a un costado de la torre, a descansar, a tomarnos fotos y a observar.
Luego un paseo hasta el trocadero, y después de pasar frente a  los parisinos que te observan desde los cafés, con las sillas ubicadas mirando hacia la calle como si esta fuera una pasarela, la cena con un steak tartar de los mejores que me he comido en mucho tiempo.
Nuestra visita a Paris coincidió con la noche europea de los museos, así que dejamos la noche para ir a visitar a la Venus, a la Monalisa y a todo su séquito, así como para ir al centro Georges Pompidou, luego una copita y a descansar.

Al día siguiente siguieron los descubrimientos, nada mejor que empezar el día caminando por los Campos Elíseos y encontrar a una tribu de chicos guapos que además estan felices de tomarse una foto contigo (la foto mas comentada de mi facebook), así cualquiera madruga un domingo!!!. Después algo de lo típico (Invalides, Bastille), y una visita al cementerio Père Lachaise; creo que nunca había estado en un cementerio tan lleno de celebridades, pero es que no "cualquiera" se muere o vive eternamente en Paris, el cementerio tiene mapa para encontrar las tumbas que buscas, pero aún así lo mejor es perderse, aunque el graznido de los cuervos hace que el ambiente sea un poco lúgubre, en el paseo te puedes encontrar la tumba de Chopin, Molière, Oscar Wilde, y muchos mas, nosotros buscamos las tumbas de Jim Morrison, de la que confieso esperaba algo más, y la de Edith Piaf en la que es tradicional dejar rosas rojas, y nos encontramos por casualidad la del periodista Victor Noir (asesinado por Pierre Bonaparte) en la cual, según dice la leyenda, las mujeres que toquen el "miembro viril" de la efigie de bronce que está sobre la tumba, quedarán embarazadas. Yo no se si la leyenda será o no cierta, pero se nota que mucha gente por lo menos lo intenta, ya que  hay partes (y no una o dos) de esa efigie que ya acusan el "sobeteo". Después del cementerio, algo de relax, una visita rápida al Moulin Rouge, y a pasar la tarde en Montmartre, disfrutando una deliciosa comida, charlando, y perdiendonos por las calles, viendo gente linda, y viendo de espectáculos callejeros de música y teatro.
El final de la tarde fue una delicia disfrutando de una copita en una fiesta llena de gente que hasta las 12 de la noche del domingo aprovecha el fin de semana, y de cierre vuelta a la torre Eiffel a verla iluminada.
Fue un fin de semana intenso, muy intenso, pero aunque estuve en una ciudad conocida, descubrí un alma gemela, y descubrí una nueva ciudad, una ciudad magnética, llena de vida, llena de arte, de lugares lindos y de lugares por descubrir.