
Durante unos 5 años, estuve deseando en voz baja, y pidiendo en voz alta algo que creía me haría mas feliz. Por las noches rezaba y se lo pedía a Dios, y en el día se lo pedía a mis papás. Pensé que era lo mejor que me podía pasar porque así tendría la posibilidad de compartir mis cosas, porque podría jugar día y noche y porque acompañaría mis momentos de soledad.
Ese gran deseo que tenía era una hermanita, la tenía bastante clara en mi mente, me la imaginé, la dibujé en mis sueños, y así la pedí.
Finalmente todo parecía cumplirse, venía un bebé en camino, y era una niña!, que más podía desear?.

Y así, un 16 de enero llegó. Pero siendo sinceros, no era como yo la había soñado. Era pequeña y no podía jugar conmigo, no sabía hacer nada, sus manitos no podían agarrar las manos de mis muñecas, no sabía caminar, no me reconocía, lloraba, dormía mucho, se chupaba los dedos, no podíamos hablar, porque ella no sabía...no nació de mi edad para poder ser amigas desde el principio.

Pero poco a poco sus cosas de bebé empezaron a llenar mis días. empezó a hacer gestos, a gatear, a hablar, se aprendió mi nombre, y tuve algo que muchas niñas querían tener: una muñeca de verdad, una que se dejaba poner la ropa que a mi me parecía linda, se dejaba hacer lacitos, repetía lo que yo le decía, se reía con mucha facilidad, y sus carcajadas empezaron a llenar mi alma de amor y mi vida de una felicidad infinita.

Con el paso del tiempo, también hacía cosas que ya no me gustaban, peleaba conmigo, jugaba con mis cosas sin permiso, y aveces rompía mis juguetes. Durante una época decidió que quería imitarme, se peinaba como yo, se vestía como yo, caminaba como yo, decía lo mismo que yo.

Pero en poco tiempo, ya su personalidad afloró, empezó a ser mas independiente, a buscar una moda propia, a saltarse las reglas para irme a buscar al salón de clase mientras debería estar sentada en su escritorio, a ir a clase de danza y no querer hacer la coreografía porque prefería hacer otras cosas, a salir despeinada a coger el bus del colegio, porque no se podía parar de la mesa hasta no terminar de comer, y muchas otras cosas que se quedan en nuestro recuerdo.

Después cada una empezó a forjar su camino, ella con mucha mas claridad que yo, siempre ha tenido muy claro lo que quiere.

Durante un tiempo, la distancia hizo que no compartieramos nuestra vida diaria, luego volvimos a hacerlo, y unos años mas tarde, tuvimos que volver a separarnos, y esta vez un poco mas, pero la distancia solamente hace que la extrañe más, que la valore más y que la quiera más.

Porque ella, además de venir al mundo a hacerme realidad un deseo, vino a hacer algo más importante: vino a mi vida para acompañarme, para jugar conmigo, para enseñarme a compartir, para darme la posibilidad de ser una persona responsable de cuidar un tesoro, para que yo supiera lo que significa preocuparse por alguien, para corregirme en tantas cosas...pero lo mejor de todo, ella vino al mundo a darme un motivo día tras día para ser una mejor persona, y eso, como tantas otras cosas, no estaba en el mejor de mis sueños, ni en el mas pulido de los dibujos que hice de ella cuando la pedía.

Gracias hermanita por llegar a mi vida, por darme tanto amor, por hacerme sentir importante, por oirme, por confiar en mi, por aguantarme, por enseñarme.
Te amo con todo mi corazón.
Son hermosas las dos super!!!!!!
ResponderEliminar