Mi segunda vez en Paris, y como la primera, fue el primer viaje con alguien que se que conozco desde siempre, pero que descubro desde hace poco, eso le daba un toque de misterio que hacía el viaje aún mas interesante, ya que, aunque ya hayas ido a un sitio, si vuelves con alguien diferente, y más si es alguien con quien estas descubriendo tu afinidad, ese lugar es totalmente diferente, y ofrece experiencias y visiones totalmente nuevas.

Paris es una de las pocas ciudades que he visitado durante ínvierno y primavera, por lo que tengo una mejor idea hecha de la ciudad y de las posibilidades que tiene. Lo que es común a las dos estaciones es el viento incesante, el "glamour" parisino, la gente "bonita" que se ve por las calles y las hordas de turistas que abarrotan los sitios mas emblemáticos de la ciudad.


Y que ha sido diferente?, aunque el recorrido fue mas o menos típico, creo que ví la ciudad de otra manera. Caminamos por la mañana por la Ile de la Citè, disfrutando sus callecitas, y haciendo la parada obligatoria en la heladería Berthillon, donde el helado de ron con pasas sabe de verdad a ron, y hasta te emborracha!!, luego una pasada por Notre Dame, donde descubrimos que en la partre trasera de la iglesia, que es tan bonita como la del frente, pero no tan concurrida, hay unos rosales espectaculares con rosas de todos los colores; después el rodeo de la iglesia maravillandonos con las gárgolas, que nos llevaban directamente al cuento del Jorobado de Notre Dame, y luego en las afueras de la iglesia, encontramos una feria de pan "francés" donde pudimos comer pan fresquito, hacernos fotos con las panaderas, que aprovechaban la oportunidad y le tocaban en trasero a los chicos guapos, y para terminar el día, un almuerzo haciendo un picnic en los jardines de Luxemburgo, mientras mirábamos a los niños que empujaban barcos con palitos, en el estanque octogonal, tal como se viene haciendo desde la época de Napoleón.

Por la tarde caminata para bajar la comida, para llegar a la torre Eiffel, donde a diferencia de todos los turistas, nuestra intención no era llegar a lo mas alto, ni descubrir la impresionante vista que se tiene de la ciudad, eso yo ya lo había hecho en otro viaje.
Esta vez queríamos disfrutar lo que sucedía alrededor, y, mientras esperábamos a una parisina por adopción, nos sentamos en el campo de marte que es esa zona verde que se extiende a un costado de la torre, a descansar, a tomarnos fotos y a observar.
Luego un paseo hasta el trocadero, y después de pasar frente a los parisinos que te observan desde los cafés, con las sillas ubicadas mirando hacia la calle como si esta fuera una pasarela, la cena con un steak tartar de los mejores que me he comido en mucho tiempo.
Nuestra visita a Paris coincidió con la noche europea de los museos, así que dejamos la noche para ir a visitar a la Venus, a la Monalisa y a todo su séquito, así como para ir al centro Georges Pompidou, luego una copita y a descansar.

Al día siguiente siguieron los descubrimientos, nada mejor que empezar el día caminando por los Campos Elíseos y encontrar a una tribu de chicos guapos que además estan felices de tomarse una foto contigo (la foto mas comentada de mi facebook), así cualquiera madruga un domingo!!!. Después algo de lo típico (Invalides, Bastille), y una visita al cementerio Père Lachaise; creo que nunca había estado en un cementerio tan lleno de celebridades, pero es que no "cualquiera" se muere o vive eternamente en Paris, el cementerio tiene mapa para encontrar las tumbas que buscas, pero aún así lo mejor es perderse, aunque el graznido de los cuervos hace que el ambiente sea un poco lúgubre, en el paseo te puedes encontrar la tumba de Chopin, Molière, Oscar Wilde, y muchos mas, nosotros buscamos las tumbas de Jim Morrison, de la que confieso esperaba algo más, y la de Edith Piaf en la que es tradicional dejar rosas rojas, y nos encontramos por casualidad la del periodista Victor Noir (asesinado por Pierre Bonaparte) en la cual, según dice la leyenda, las mujeres que toquen el "miembro viril" de la efigie de bronce que está sobre la tumba, quedarán embarazadas. Yo no se si la leyenda será o no cierta, pero se nota que mucha gente por lo menos lo intenta, ya que hay partes (y no una o dos) de esa efigie que ya acusan el "sobeteo". Después del cementerio, algo de relax, una visita rápida al Moulin Rouge, y a pasar la tarde en Montmartre, disfrutando una deliciosa comida, charlando, y perdiendonos por las calles, viendo gente linda, y viendo de espectáculos callejeros de música y teatro.
El final de la tarde fue una delicia disfrutando de una copita en una fiesta llena de gente que hasta las 12 de la noche del domingo aprovecha el fin de semana, y de cierre vuelta a la torre Eiffel a verla iluminada.
Fue un fin de semana intenso, muy intenso, pero aunque estuve en una ciudad conocida, descubrí un alma gemela, y descubrí una nueva ciudad, una ciudad magnética, llena de vida, llena de arte, de lugares lindos y de lugares por descubrir.