sábado, 30 de abril de 2011

Engelberg, naturaleza en estado puro


Cuando oí por primera vez el sitio al que iba, nunca me imaginé lo que me iba a encontrar. No tenía ni idea que había allí ademas de nieve, ya que, aunque lo busqué en internet (es un deber cuando vas a viajar) la mayor parte de las imágenes que encuentras son de esquí.

Me preparé una maleta con ropa de todo tipo, y salí rumbo a uno de los parajes naturales mas lindos que he conocido en la mitad de las montañas.
El sitio queda a unas 2,5 horas de Zurich en tren, sinceramente me pareció un poco lejos, pero el paisaje desde el tren es precioso, muy verde, y poco a poco, ves como te vas metiendo entre los imponentes alpes, eso no tiene comparación.

Yo llegué de noche, por lo que no vi claramente el sitio, pero al día siguiente, cuando abrí la ventana de la habitación y me encontré rodeada de montañas de mas de 3.000mt, y yo estaba a unos 1.000mts....no pude dejar de enamorarme y de sentir una felicidad incomparable.

Es impresionante como en un sitio en el que no ves gente, porque me crucé con 6 personas por la calle en 3 días, se puede sentir con tanta fuerza esa sensación de vida!!!, es naturaleza, es verde, es nieve, es agua, es cielo, es sol, es frío y calidez....sencillamente te sientes vivo y afortunado de poder disfrutar de un paisaje tan, tan...maravilloso, me quedó pendiente subir a la montaña, no iba preparada para ello, ya que no me imaginé realmente lo que me encontré, porque si lo hubiera sabido me guardo un par de días para disfrutarlo.

Eso si, después de regresar a Barcelona, lo he decidido, tengo que volver, en verano para ver esa fuerza verde de la naturaleza donde hay tanta agua, en primavera para ver mas cascadas como las que vi desde el tren, o incluso en invierno para ver si están todos los esquiadores que ya en marzo abandonaron la ciudad. Pero ese regreso será en carro, quiero disfrutar, detenerme en cualquier sitio cuando vea algo que quiera desfrutar con mas detenimiento, quiero respirar y llenarme de vida, La hermosa vida que te da la fuerza de la naturaleza.

El NY detrás de los landmarks

Hace tiempo tenía pendiente escribir algo de NY, es una de las ciudades que mas he visitado en los últimos años, es una de mis favoritas, y no había puesto nada de ella, no era justo. Asi que aprovecho que la semana santa me dió la oportunidad de volver, y disfrutar esta ciudad de una forma diferente, y así mostrar algo mas de lo simplemente conocido por una ciudad que todos sentimos conocer muy bien ya que la hemos visto demasiadas veces en el cine, y en series de TV.

Quien no conoce el famoso Central perk, donde nuestros "friends" se sentaban a hacernos reir durante 10 años, o las escaleras de la casa de Carrie Bradshow, donde cualquiera de sus pretendientes (cada uno mas guapo que el otro) se depedía de ella, durante 6 años?, o incluso las escaleras del high school donde "S" o "B" nos han hecho ver un poco del mundo de las upper east siders?, eso por no decir el empire state, la torre Chrysler, la estatua de la libertad, el puente de Brooklyn, el flatiron building, times square o el central park, que han sido, son y serán mucho mas explotados.

Pues este viaje era un redescubrimiento de la ciudad. A diferencia de otros viajes, ni iba con amigos, ni llevaba la maeta llena, ni tenía nada preparado. Simplemente metí a la maleta 3 cosas (una de ellas era otra maleta), aun después de haber ido muchas veces, me compré una guía en el aeropuerto, vacié la memoria de la cámara, y me monté en el avión con destino a la parte menos turística de una ciudad llena de sitios turisticos y ampliamente conocidos.

Siempre lo he acepatado, lo mejor que tiene NY para mí es el sitio donde me quedo cada vez que estoy en la ciudad, la casa de mi amiga Sonia, este es un sitio donde siempre, siento que estoy en casa. Un lugar con calor de hogar, amor desbordante y mucha, mucha buena energía. Asi que sabiendo que llegaba a "casa" decidí volar incluso al aeropuerto que me faltaba conocer, volé con escala en Philadelphia y luego en avión pequeño, de hélices, 25 minutos después del despegue estaba sobrevolando Manhattan, como pocos pueden hacer después del 11S, y aterrizando en La Guardia.

Mi primera sorpresa fue encontrarme con mis amigos esperándome en el aeropuerto, me dió mucha felicidad verlos allí, y sentirme tan querida, y tan bien recibida, como siempre lo han hecho!!!, esa tarde solo hizo falta una jarra de café en la mesa, y estar juntas para ponernos al día de nuestras cosas, para sentir que nunca dejamos de estar al lado la una de la otra, y para saber que las buenas amistades son lazos eternos que no se rompen con la "facilidad" que da la guillotina de la distancia.

Los días siguientes fueron para descubrir la Nueva York que no había visto en otros viajes, lo primero que hice fue cruzar el puente de Brooklyn, he de confesar que hace varios años, solo llegué a la mitad, y no se si fue porque fui después de haber caminado durante todo el día, o porque tenía el estado físico de un relojero, pero me había parecido casi imposible de cruzar, me cansé mucho, y por eso solo llegue a la mitad, pero esta vez fue lo primero que hice al salir de la casa, el clima ayudaba y seguro que tengo mejor estado físico, porque me pareció no solamente muy fácil, sino super entretenido. disfruté de la vista, de la gente, del viento, de la caminata, y de lo que me encontré al otro lado del puente.

Siempre me ha impactado mucho la amabilidad de los neoyorkinos, se ofrecen a ayudarte cuando te ven con el mapa en la mano, te quieren tomar las fotos cuando ven que te las tomas a ti mismo, y siempre están dispuestos a una palabra amable, así que no me fue difícil encontrar quien me tomara fotos, o quien me indicara si no sabía bien por donde estaba caminando.

El resto de tiempo lo invertí en subirme al metro, elegir "al azar" una estación para bajarme, y caminar por las calles que me parecía que podían ser interesantes, visite galerías de arte, tiendas preciosas y decoradas con mucho gusto, que no conocía, me movi por Soho, el village, meatpacking y Chelsea con mucha tranquilidad, me encontré con esa casa de Friends tan visitada, donde el famoso "central perk" no existe, pero hay una cafetería diferente y que por dentro no se parece en nada a nuestro sitio conocido, pero que también esta lleno de gente; me tomé fotos con conejos de pascua, con cerdos de peluche que había en las tiendas, esquivé las aglomeraciones y las filas que había en los sitios mas conocidos, el único sitio que no pude esquivar fue Times Square...es imposible.

Por fin pude ir al Guggenheim, que las otras veces que había ido estaba en remodelación, y no pude mas que sorprenderme nuevamente de la obra de uno de mis arquitectos fetiche, tanto por dentro, como por fuera este museo es diferente, es fácil de visitar y el análisis que hacen en la audioguía de las obras es super interesante.

Tuve la fortuna de coincidir con el festival de cine de TriBeCa, y de haber podido ir a ver alguna película, e incluso asisitir a una sesión de foro con la directora de la película Paraisos Artificiales, que es no solamente muy joven, sino super pila!!, la película es muy buena, la recomiendo. También pude ir al musical del Rey León, que, vale la pena decirlo, es uno de los mejores musicales a los que he asistido, por la puesta en escena, por el vestuario, la escenografía, la música...todo!.

Y como no podía evitarlo, el broche de oro de la ciudad, fueron las compras, el outlet de Woodbury, al que llegué con una amiga y una maleta vacía, y salí con una amiga cansada, la maleta llena y la cuenta un poco mas vacía. Obviamente estando allá, también tenía que hacer la visita obligada a la tienda apple, de la que salí con un nuevo "juguetito", y fuí al mercado de Chelsea que me sorprendió de forma muy positiva, y donde compré también los ingredientes perfectos para una cena en "mi casa" de NY.

Caminé la ciudad, disfruté de los colores de la primavera, pasé frio, comí delicioso, no podía faltar la visita a Magnolias Bakery, encontré sitios maravillosos como Washington Mews, que son unos antiguos establos, que ahora de han convertido en viviendas, pero que guarda ese encanto del antiguo NY, visité Little church around the corner, que es una pequeña iglesia (como el nombre indica) que nunca te imaginas que puede estar allí al lado del empire state, y ser tan pequeña y tan hermosa, disfruté de mi amiga, y volví a ver desde otra óptica esa ciudad tan conocida y tan nueva cada vez que voy.